cuando los ingleses le ofrecieron a Perón
compartir la soberanía de Malvinas
Mariano Jasovich
Infobae, 9 de
Septiembre de 2022
Ocho años antes de
la guerra de Malvinas, hubo un intento del gobierno inglés de llegar a un
acuerdo con Argentina para compartir las islas Malvinas.
El gobierno
laborista inglés de Harold Wilson se acercó al presidente Juan Domingo Perón en
1974 con un plan confidencial para un gobierno compartido de las islas.
El Daily Mail
publicó el documento secreto que detalla la oferta de Gran Bretaña de compartir
las Malvinas con Argentina. La intención de los ingleses era “poner fin a la
disputa sobre la soberanía y crear una atmósfera favorable dentro de la cual
los isleños podrían desarrollarse de acuerdo a sus intereses”. El texto del
posible acuerdo fue entregado en forma secreta por el entonces embajador
británico en Buenos Aires, James Hutton, a Perón.
La propuesta
inglesa cedía a la Argentina parte de la soberanía sobre las islas. Incluía que
ambas banderas ondearan en Puerto Argentino y que el castellano y el inglés se
convirtieran en dos idiomas oficiales para todos los isleños.
En el texto se
notaba el interés de Londres por compartir la soberanía. “Sobre estas bases, el
gobierno de Su Majestad propone que, si el gobierno argentino está de acuerdo,
deberían realizarse conversaciones oficiales o preliminares en Buenos Aires lo
antes posible”, escribió el Foreign Office.
Carlos Ortiz de
Rozas, ex embajador argentino en Gran Bretaña, intervino en negociaciones
confidenciales sobre las islas, algunas de las cuales reveló en su libro,
Confidencias diplomáticas. El diplomático, que también fue ex presidente del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y jefe de la misión para las
negociaciones con Chile bajo la mediación del Papa Juan Pablo II, se enteró de
la propuesta británica y en su libro reveló que Perón se mostró eufórico y
había expresado “Aceptemos. Una vez que pongamos pie en las Malvinas no nos
saca nadie y poco tiempo después la soberanía será argentina por completo”.
La propuesta de
Londres, además, avanzaba sobre el gobierno del territorio, que también sería
compartido. Según el texto, se nombraría un gobernador que sería decidido en
forma rotativa por el monarca británico y el presidente argentino.
En ese mismo
sentido, el ex vice canciller Fernando Petrella, en una entrevista con Infobae
sostuvo que “durante el período 1965 – 1982, el Reino Unido y la Argentina
discutieron el condominio, el retroarriendo y una solución a lo Hong Kong, es
decir, un solo país, dos soberanías. Nada de eso se pudo concretar”.
Petrella explicó
en forma muy didáctica los pasos de una negociación sobre soberanía. “En
diplomacia hay cuatro etapas para obtener un resultado en una negociación
bilateral: primero el diálogo, después la conversación, después la discusión y
finalmente la negociación, cuando lo que se discute pasa a ser formal -resaltó
el diplomático-. La Argentina, en los mejores momentos de la relación bilateral
con el Reino Unido, llegó a discusiones muy de fondo sobre Malvinas. Pero en
general esas discusiones nunca se tradujeron en negociación porque siempre
existió, del lado argentino, la idea de conseguir de inmediato lo que en
realidad debía ser el objetivo final, si es que se llega a él alguna vez”.
La otra opción que
afirma Petrella que se barajó en la década del 70 y también en la ONU dos meses
antes de la guerra, es la de una propuesta de retroarriendo. Esto significaba
que el Reino Unido transfería la soberanía y la Argentina le alquilaba las islas
por 99 años.
Ortiz de Rozas se
codeaba con la diplomacia inglesa. Y en medio del fragor de la Guerra Fría, en
la que el Reino Unido era protagonista, las Malvinas empezaron a ceder
protagonismo para Londres. Es así que en 1966, un alto subsecretario del Foreign
Office para Asuntos de América del Sur le reveló en forma confidencial que las
islas ya no tenían el valor estratégico y hasta le sugirió que en poco tiempo
se integrarían a territorio argentino.
En la década del
60 fueron varios los intentos de acercamiento entre ambos países, en pleno
proceso de descolonización del mundo occidental. En 1965 una nueva resolución
de la ONU la 2065, incluyó explícitamente a las islas Malvinas.
Con este impulso
Argentina, gobernada por Arturo Illia, invitó a Gran Bretaña cuyo primer
ministro era el laborista Harold Wilson a entablar negociaciones. En enero de
1966 llegó a Buenos Aires el canciller británico Michael Stewart para tratar la
disputa por la soberanía. Era la primera vez, desde el inicio de las protestas
argentinas en 1833, que el gobierno inglés dialogaba oficialmente sobre el
tema.
Argentina se
comprometió a respetar los intereses y el modo de vida de los malvinenses, como
el idioma inglés, la libertad religiosa y el derecho de propiedad. Los
delegados argentinos fueron informados extraoficialmente que el gobierno
británico no tenía intereses estratégicos, políticos o económicos que perseguir
en las Malvinas. Pero, para transferir el territorio a Argentina, era necesario
convencer a los isleños de las ventajas de un acercamiento con el continente
mediante comunicaciones y entendimientos.
En septiembre, los
cancilleres se reunieron en Nueva York durante la Asamblea General de la ONU.
Allí se redactó un documento que se llamó Memorándum de entendimiento. Cuando
supo de estos avances la Falkland Island Compañy (FIC), empresa lanera con
dueños británicos, propietaria de dos tercios de las tierras en Malvinas,
comenzó un importante lobby en contra de la cesión. Envió una carta a los
medios y al Parlamento británicos que decía que los isleños “no quieren ser
argentinos” y que “son tan británicos como nosotros”. Luego la llegada de la
dictadura de Onganía hizo caer los avances.
El acuerdo para
compartir las islas quedó en la nada cuando el 1° de julio de 1974, tres
semanas después de la primera reunión con la comitiva inglesa, Perón murió.
Argentina entró en una gran conmoción, entre la multitudinaria despedida al
Presidente y la violencia política que terminaría derivando en la última
dictadura militar el 24 de marzo de 1976.
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